Y a los diez meses, reapareció. El australiano Chris Dyer, señalado por todos como el principal culpable de la decisión de Abu Dhabi que le costó el título mundial a Fernando Alonso, ha tardado en volver, pero ayer lo hizo en Monza, justo en casa del que ha sido su equipo durante muchos años.
Ahora ya no lo es. En diciembre del pasado año, el ex estratega de la Scuderia fue fulminado de su cargo por aquella decisión del 14 de noviembre, aquél error, aquél momento en el que Alonso entró en 'boxes' demasiado pronto, en la vuelta 16, para cubrir a Webber, y cedió cualquier opción de ganar el Mundial enganchado tras la estela de Petrov. "Lo que pasó es Fórmula 1, es deporte, nada más", repite como una letanía Chris Dyer.
"Es la primera vez que aparezco en el 'paddock' desde entonces", confesó ayer, "y me parece que está exactamente igual a como estaba todo en Abu Dabi, como si hubiera pasado una semana", señala con una franca sonrisa. Más delgado que nunca, camisa azul clara, Dyer accede a responder algunas preguntas, pero no quiere hablar de su ex equipo. O no mucho.
Malos recuerdos
"Mira, somos un equipo y tomamos decisiones como equipo, pero al final yo tenía la responsabilidad del grupo de personas que toman las decisiones, así que al final el jefe siempre es el responsable y fue mi responsabilidad", reconoce por primera vez en público. ¿Pero, por qué tomó esa decisión? ¿Por qué llamó a Fernando tan pronto? ¿Por qué se perdió un título al alcance de la mano?.
"Mira, no somos estúpidos, no tomamos decisiones por diversión. En el momento en el que tomamos aquélla pensábamos que era la mejor, creíamos que nos iba a dar las mejores oportunidades para obtener el resultado que necesitábamos", rememora.
A Fernando le valía con ser cuarto, pero terminó séptimo. "Él sabía la situación y lo que íbamos a hacer el resto de la carrera, y lo hicimos. Nunca nos rendimos con media carrera por delante. No hubo discusión sobre la situación entre nosotros, sino que hablamos de las distintas opciones que había en el muro, como siempre hacemos".
"Tomamos aquella decisión, se la dijimos a Fernando e hicimos la parada. Quiero decir que somos un grupo, y nadie fue forzado a hacer nada que no quisiera hacer, todos creíamos que era lo que había que hacer en ese momento y lo hicimos, aunque luego no fuera lo correcto".
No más análisis
Dyer insiste en que no ha vuelto a ver la carrera: "Es que no tiene ninguna utilidad revivirla de nuevo. En las semanas posteriores trabajé muy duro para comprender por qué tomamos la decisión que tomamos, para comprender qué necesitábamos hacer para mejorar la forma y la metodología de trabajo para asegurarnos de no cometer el mismo error de nuevo. No revives la carrera, sino que la analizas para entender el porqué, qué podríamos haber hecho mejor y cómo hacerlo mejor en el futuro. Es la forma de mejorar en la F1, analizar cada decisión".
Curiosamente, Dyer ha estado en tres resoluciones de campeonato en la última carrera y el sufrimiento vivido le sirve para trivializar casi todo: "Una de las razones por la que trabajas en este deporte es porque nunca sabes cómo van a ir las cosas de bien y tienes que estar preparado para cualquier eventualidad".
"En 2007, las cartas salieron de una manera con Räikkönen y en 2008 la suerte cayó del otro lado con Felipe en la misma situación. El año pasado fue una mala experiencia de nuevo, pero en cierto sentido, en F1 tienes esas malas experiencias cada semana, cada carrera tiene cosas que, al mirarlas de nuevo, cambiarías para hacerlas mejor. La diferencia es que algunas semanas, como la de Abu Dhabi, todo es más público que en otras ocasiones".
"Ya no trabajo para Ferrari desde el pasado mes de diciembre. Entonces hubo algunas discusiones sobre buscar una nueva posición dentro de la estructura pero al final, sobre marzo decidimos no seguir. En todo caso en un futuro puede ser que reaparezca en la F1, quien sabe", afirma ocultando todo lo posible el pase VIP que le cuelga del cuello.
Dyer ya no puede entrar a los circuitos como empleado de Ferrari, ni de ningún equipo, sólo por invitación. Ahora espera un posible paso, se especula, a Mercedes, donde volvería a ser ingeniero de pista de Schumacher, como ya lo fuera en Ferrari entre 2003 y 2006. Mientras tanto, navega como un invitado más.
Foto: periodismodelmotor.com
Texto: marca.com
Ahora ya no lo es. En diciembre del pasado año, el ex estratega de la Scuderia fue fulminado de su cargo por aquella decisión del 14 de noviembre, aquél error, aquél momento en el que Alonso entró en 'boxes' demasiado pronto, en la vuelta 16, para cubrir a Webber, y cedió cualquier opción de ganar el Mundial enganchado tras la estela de Petrov. "Lo que pasó es Fórmula 1, es deporte, nada más", repite como una letanía Chris Dyer.
"Es la primera vez que aparezco en el 'paddock' desde entonces", confesó ayer, "y me parece que está exactamente igual a como estaba todo en Abu Dabi, como si hubiera pasado una semana", señala con una franca sonrisa. Más delgado que nunca, camisa azul clara, Dyer accede a responder algunas preguntas, pero no quiere hablar de su ex equipo. O no mucho.
Malos recuerdos
"Mira, somos un equipo y tomamos decisiones como equipo, pero al final yo tenía la responsabilidad del grupo de personas que toman las decisiones, así que al final el jefe siempre es el responsable y fue mi responsabilidad", reconoce por primera vez en público. ¿Pero, por qué tomó esa decisión? ¿Por qué llamó a Fernando tan pronto? ¿Por qué se perdió un título al alcance de la mano?.
"Mira, no somos estúpidos, no tomamos decisiones por diversión. En el momento en el que tomamos aquélla pensábamos que era la mejor, creíamos que nos iba a dar las mejores oportunidades para obtener el resultado que necesitábamos", rememora.
A Fernando le valía con ser cuarto, pero terminó séptimo. "Él sabía la situación y lo que íbamos a hacer el resto de la carrera, y lo hicimos. Nunca nos rendimos con media carrera por delante. No hubo discusión sobre la situación entre nosotros, sino que hablamos de las distintas opciones que había en el muro, como siempre hacemos".
"Tomamos aquella decisión, se la dijimos a Fernando e hicimos la parada. Quiero decir que somos un grupo, y nadie fue forzado a hacer nada que no quisiera hacer, todos creíamos que era lo que había que hacer en ese momento y lo hicimos, aunque luego no fuera lo correcto".
No más análisis
Dyer insiste en que no ha vuelto a ver la carrera: "Es que no tiene ninguna utilidad revivirla de nuevo. En las semanas posteriores trabajé muy duro para comprender por qué tomamos la decisión que tomamos, para comprender qué necesitábamos hacer para mejorar la forma y la metodología de trabajo para asegurarnos de no cometer el mismo error de nuevo. No revives la carrera, sino que la analizas para entender el porqué, qué podríamos haber hecho mejor y cómo hacerlo mejor en el futuro. Es la forma de mejorar en la F1, analizar cada decisión".
Curiosamente, Dyer ha estado en tres resoluciones de campeonato en la última carrera y el sufrimiento vivido le sirve para trivializar casi todo: "Una de las razones por la que trabajas en este deporte es porque nunca sabes cómo van a ir las cosas de bien y tienes que estar preparado para cualquier eventualidad".
"En 2007, las cartas salieron de una manera con Räikkönen y en 2008 la suerte cayó del otro lado con Felipe en la misma situación. El año pasado fue una mala experiencia de nuevo, pero en cierto sentido, en F1 tienes esas malas experiencias cada semana, cada carrera tiene cosas que, al mirarlas de nuevo, cambiarías para hacerlas mejor. La diferencia es que algunas semanas, como la de Abu Dhabi, todo es más público que en otras ocasiones".
"Ya no trabajo para Ferrari desde el pasado mes de diciembre. Entonces hubo algunas discusiones sobre buscar una nueva posición dentro de la estructura pero al final, sobre marzo decidimos no seguir. En todo caso en un futuro puede ser que reaparezca en la F1, quien sabe", afirma ocultando todo lo posible el pase VIP que le cuelga del cuello.
Dyer ya no puede entrar a los circuitos como empleado de Ferrari, ni de ningún equipo, sólo por invitación. Ahora espera un posible paso, se especula, a Mercedes, donde volvería a ser ingeniero de pista de Schumacher, como ya lo fuera en Ferrari entre 2003 y 2006. Mientras tanto, navega como un invitado más.
Foto: periodismodelmotor.com
Texto: marca.com
Se hablaba de Dyer y Costa a Mercedes y no me extrañaría, a ver si consiguen un coche que gane carrerras, nosotros queremos uno como R&B hombre, un abrazo!
ResponderEliminarBrawn sueña con los viejos tiempos, está claro. Si Costa y Dyer llegan a Mercedes, la verdad es que se está llevando lo mejorcito de Ferrari, vaya dos, en su momento serían unas máquinas, pero últimamente parece ser que vivían de rentas.
ResponderEliminarMe hace gracia que diga que Fernando lo sabía. Vale, lo sabía, ¿y qué? Su responsabilidad y su función es llevar el monoplaza sano y salvo a la meta, si es el primero, mejor, la suya es la de gestionar datos y tomar decisiones acertadas y ganadoras, que no me venga a estas alturas confundiéndome las ideas.
¡Un abrazote, silvo!